La Pócima



LA PÓCIMA

¡Y consiguió escapar! Nadie diría
que pudiera lograr tanta proeza,
levantando orgulloso la cabeza
y gozando la vida cada día.

Aunque todo en el suelo se le hundía,
no cedió a la presión ni a la tristeza,
y elevando sus alas con destreza
se lanzó al porvenir con osadía.

Nada humilla o doblega a quien batalla
y no tira la fe ni la toalla
empapada de lluvia y de sudor.

Todo baila feliz con su armonía
mientras venda el dolor con la alegría
de la pócima invicta del amor.

Jesús María Bustelo Acevedo

En los brazos de la madre sonríe



EN LOS BRAZOS DE LA MADRE SONRÍE

En los brazos de la madre sonríe
con la luz que el sol nos da cada día,
pues la verdadera y santa alegría
la halla quien con lo materno se alíe.

No permite que un eclipse lo enfríe,
ni comprende su banal osadía,
sólo siente la feraz poesía
y en los brazos de la madre sonríe.

Esa fuente de inmortal poderío
que le ofrenda con amor la armonía
de una diosa creadora que ríe

lo libera de la muerte y el frío,
y abrazando con amor cada día
en los brazos de la madre sonríe.

Jesús María Bustelo Acevedo

Vigilante como el Papa



VIGILANTE COMO EL PAPA

He sido vigilante, como el Papa,
y sé que es complicada profesión,
que puede presentarse algún ladrón
y que la culpa es tuya si se escapa.

Bien sé que no hay empleo en todo el mapa
que exija más entrega y vocación
que éste que vela por la población,
protege al débil y al rufián atrapa.

Como Francisco, he sido vigilante,
que, si hoy vigila el alma de sus fieles,
fue antaño de los cuerpos centinela.

Y es una bendición bien importante
que en discotecas, fábricas u hoteles
esté el guardián que por nosotros vela.

Jesús María Bustelo Acevedo

Errabundo



ERRABUNDO

Como es de humanos errar,
voy errando por el mundo
sin que el hierro más profundo
nadie me pueda clavar.

Adelante tengo el mar,
que abrazándome fecundo
navego meditabundo
con mis ansias de volar.

Pero nunca me desvelo
si mi destino se troca,
que soy frío como el hielo,

compacto como la roca
y arrogante como el vuelo
que en el Cielo desemboca.

Jesús María Bustelo Acevedo
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...