¡Viva el Toro!
¡VIVA EL TORO!
Todo vestido de oro
y con gesto fanfarrón,
movido por su afición,
gritó un diestro: ¡viva el toro!
O no ha encontrado el decoro
o ha perdido la razón,
pues yo, con otra intención,
también lo grito y lo imploro.
¡Que viva el toro y que viva
lejos de aquel que procure
tratarlo con crüeldad!
Pues nada excusa o motiva
que se le mate o torture,
¡viva el toro en libertad!
Jesús María Bustelo Acevedo
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