Inesperadamente se va el papa
INESPERADAMENTE SE VA EL PAPA
El papa reconoce, en su abandono,
que a su credo lo mueve el egoísmo,
que no tiene más fe ni catecismo
que soberbio mirar desde su trono.
Que el hombre fue un primate insulta al mono,
que en su salvaje ser pone un abismo
entre su perfección y el hombre mismo
que deja a su familia con encono.
El papa reconoce, tras marcharse,
que como papa pudo equivocarse
y que el que ha de venir lo hará mejor.
Mas necesario, en la que fue su cama,
nadie será, que estando el de la mama,
el niño no precisa de otro amor.
Jesús María Bustelo Acevedo
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